¿La Guatemala de ahora es la misma de antes? Tristemente no, aunque varias
personas sigan diciendo que tenemos las mismas costumbres y tradiciones que
antes, la realidad no es esa, es cierto que sigan siendo las mismas comidas,
los mismos mitos, las mismas costumbres… Pero no son apreciadas de la misma
forma, no se les toma la misma importancia que antes, participan en estas solo
porque así se les fue criado, fingen amar algo que no entienden.
¿Por qué digo esto? ¿Cómo lo sé yo? Porque es el caso de la actualidad. Si
las personas enserio se esforzaran por amar a su patria no habría desigualdad,
no intentarían menos preciar a los diferentes pueblos por estar avergonzados de
su idioma natal, que tal vez no aprendieron a hablar y por eso no lo toman como
suyo. Si la amaran los ríos, lagos, zonas protegidas, entre otros; estarían
cuidados, protegidos y reconstruidos. Los lugares turísticos no serían
visitados solo porque se han recomendado sino porque les nace de corazón
conocer a Guatemala.
Si tan solo se esforzaran por mantener los valores al margen, habría más
flora en vez de violencia.
Si tan solo pintaran el cielo de azul en vez de un triste gris, habría más
esperanzas en vez de sueños caídos.
Si tan solo quitaran el rojo vivo de la hermosa bandera, habría más
sonrisas en vez de lágrimas.
¡Creamos metas en vez de mentiras! Porque esto nos hará prosperar.
¡Soñemos en grande en vez de estancarnos! Ya que esto nos beneficiara.
Comamos los platillos típicos en vez de verlos con repulsión, contemplemos
las bellas montañas en vez de quemarlas, dejemos al aire libre el bello Quetzal
que forma parte de nuestra historia en vez de encerrarlo en las rejas.
Soltemos las armas que solo provocan daños y cambiémosla por libros que
nos enriquecen. Tomemos la mano de nuestros hermanos chapines sin darle
importancia a las diferencias. Perdonemos a nuestro peor enemigo porque solo
así sentiremos paz dentro de nosotros.
Digamos con verdadero orgullo y felicidad que pertenecemos a Guatemala, el
país de la eterna primavera, no permitamos que también este título se le quite
a nuestra patria.
¡Quita cualquier vergüenza que tengas! Y así aun no la tienes no permitas
jamás, que eso pase.
No dejemos que se haga realidad la palabra “mala” en nuestra Guatemala.
Amemos ser lo que somos, chapines, por más que intentes cambiarlo, la realidad
es esa.
No les estoy diciendo que nos volvamos la Guatemala de antes, no, estoy
diciendo que creamos la mejor Guatemala que haya existido.
-Merilyn Chacón
Sett
(Este ensayo es totalmente hecho por mí)
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